1936 – 1985
En una búsqueda siempre autocrítica y perfeccionista, el artista oaxaqueño desarrolló un estilo tan personal como universal. Si un cuadro no le satisfacía le destruía sin reparo. Este sistema de experimentación y autocrítica exaserbada permitieron que a pesar de su fugaz existencia dejara una de las obras más interesantes y completas por su vigor y frescura.

Óleo sobre tela
0.95 x 1.45 cm